Christian Delutis: “Nos pusimos como meta llevar nuestro paradigma hacia Estados Unidos”

La vocación por la electrónica se despertó de niño para el ingeniero Christian Delutis. Todavía recuerda los retos de su madre por desarmar el televisor y la radio de su casa. “Aunque después los volvía a armar, no me faltaban piezas y funcionaban”, dijo entre risas el responsable del área de Investigación y Desarrollo de CVA. Esa inclinación lo llevó a ingresar a una secundaria técnica en San Martín y posteriormente a comenzar un terciario en ORT en Control Automático y Sistemas Digitales.

Tras dos años de cursada, y a partir de su conocimiento, obtuvo una beca de la Embajada de Inglaterra para seguir formándose en Oxford. Con la valija llena de ilusiones y la inocencia de la juventud viajó a Europa a mediados de la década del 90 y logró su licenciatura en Robótica Industrial. Posteriormente hizo dos Maestrías y terminó con un Doctorado que, paradójicamente, no pudo convalidar en el país por la cantidad de requisitos que le solicitaban.  

En lo laboral siempre se interesó por el desarrollo industrial. Empezó desarrollando equipos para ascensores, grupos electrógenos y el sector automotriz. Luego se independizó y pudo continuar su carrera como autónomo. Volkswagen Argentina, Phillips y empresas de petróleo contaron con sus servicios.  

“Hasta que la vida me cruzó con Tino (Constantino Abella Roigt) en el ocaso de una empresa que había formado con otro socio. Me sedujo la impronta de CVA y a fines de 2013 empecé el camino en esta firma. Nunca como empleado, siempre como socio estratégico porque me siento artífice de mucho de lo que pasa acá adentro”, contó Delutis sobre su arranque en la compañía.  

Desarrolló electrónica y software, estrategias comerciales, de Marketing y fue protagonista de la reorganización de la empresa en varias áreas. Actualmente representa a CVA en varios estamentos de gobierno y comerciales. En este contexto, precisamente, se dará su llegada al estado de Florida los próximos días.  

“Tendré una reunión en el Consulado Argentino en Miami y también conversaré con potenciales clientes y distribuidores para analizar la mejor forma de desembarcar en el mercado norteamericano con nuestra tecnología. Aunque parezca una contradicción, allá no cuentan con estas tecnologías porque no saben lo que es una revisión técnica, qué es la constatación del estado de la vida útil de un vehículo. Nos pusimos como meta llevar nuestro paradigma hacia Estados Unidos”, describió entusiasmado.

– Si bien no cuentan con la tecnología para la verificación técnica vehicular, seguramente tienen un montón de adelantos de los que se puede aprender, ¿no?

– La verdad que sí. Desde que me empecé en CVA comencé a darle más importancia a las capacitaciones de posgrado. Tengo una matrícula que mantengo al día y parte de mi matriculación a nivel internacional implica capacitarme una vez al año por lo menos. Primeramente, la tenía de la mano de Freescale, el mayor fabricante de microcontroladores del mundo. Después fue absorbido por NXP. Mantengo una capacitación anual con ellos. El 70% de las veces la hacemos en Silicon Valley. Viajo todos los años para traer las nuevas tecnologías. No las actuales, sino las que llegarán en el futuro. En uno, dos o hasta cinco años más adelante.   

– Silicon Valley se toma como un lugar icónico, cuna de la tecnología, donde nació Google, Apple, Microsoft y tantas otras aplicaciones y startups. ¿Cómo es realmente?

– Es como Los Ángeles de los años 60. Son todos hippies tecnológicos, uno más loco que el otro. Es una ciudad que vive y respira tecnología. Está llena de detalles inusuales. Entrás a un bar y automáticamente te aparece en el teléfono – no importa cuál tengas – una bienvenida y su respectiva carta. Te avisan quién te va a atender y a qué mesa ir. También es común ver los autos autónomos. Ahí fue donde comenzaron estos proyectos de la mano de Google, Apple y Tesla. Subirte a un autónomo que funcione como remís o taxi ya es una realidad. Todo lo aceptan con una cotidianeidad digna de elogiar. Para alguien como yo, que vive de esto, refresca y te llena de ideas un viaje así.

– Si bien esa experiencia podría considerarse un viaje al futuro, ¿cuál es la sensación de desempeñarse en una empresa argentina que también apuesta fuertemente al desarrollo tecnológico y que semana a semana presenta novedades?

– Lo que me motiva de CVA, y que además es una característica de Constantino que mantiene en el tiempo, es su sed insaciable para crecer. El trabajo diario para ser cada día más y mejor. No escatimar recursos de ningún tipo en la mejora continua, en el nuevo producto, en no caer jamás en la obsolescencia electrónica ni de software. “Si es posible podemos hacerlo”, es la frase que Tino tiene constantemente en su cabeza y que se ha convertido en una premisa para todos. Se trabaja pensando más allá de lo que hoy existe. se miran los paradigmas del futuro y se trata de traerlos a la contemporaneidad. La primera reflexión que me surge cuando vuelvo es que evidentemente estamos lejos, pero también que todo lo que vemos allá es posible replicarlo acá. La tecnología no es tan lejana, de hecho la desarrollamos. El mes próximo estamos lanzando tecnología 2021 en Argentina. Puede parecer una utopía, pero no lo es.              

– ¿Cuáles son los lanzamientos?

– La nueva placa controladora para los bancos de suspensión y banco de frenos. Equipos de final OK para controlar motos y bancos de potencia para autos y motos. A la vez, estamos desarrollando la nueva tecnología para los autos híbridos y eléctricos. Dentro de un año y medio o antes tenemos que tenerlo listo. Como decía, es posible, no estamos lejos. Más allá de que nos quieran vender el cuco de que somos el tercer mundo es cuestión de decisión, de ganas y de no bajar los brazos. Es lo que me atrae de CVA y por lo cual sigo tan enganchado en esta empresa disruptiva.   

Christian Delutis junto a Constantino Abella Roigt

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